[ACTUALIZADO NOVIEMBRE 2022]
Está claro que las criptomonedas han irrumpido en el sector financiero mundial y han empezado a influir en el devenir económico del mundo actual.
Es tal el auge que están experimentando estos activos que multitud de bancos (centrales y nacionales), así como gran cantidad de empresas y entidades han mostrado su interés por inmiscuirse en asuntos relacionados con criptomonedas.
Las monedas digitales emitidas por los bancos centrales son conocidas por CBDC, las siglas en inglés de Central Bank Digital Currency.
Pero este interés en ocasiones va más allá y, en el caso de las entidades financieras, puede tener consecuencias directas.
Y no lo decimos en sentido negativo, puesto que estos activos son, en realidad, el catalizador que ha llevado a algunos de los principales bancos del mundo a emitir sus propias monedas digitales.
Pero, ¿qué papel están jugando realmente las monedas digitales? ¿Son lo mismo que una criptomoneda? ¿Cuáles son las que están experimentando una tendencia más al alza? Te contamos todo lo que debes saber acerca de estos activos.
¿Qué son las monedas digitales de los bancos?
Vamos a empezar resolviendo una pregunta elemental para entender de qué estamos hablando: las monedas digitales es dinero virtual emitido por los bancos centrales. Es decir, emiten efectivo a través de una herramienta fiduciaria digital, que recibe el nombre de moneda digital.
Hay que entender que estas monedas entran en circulación gracias a que son expedidas por los bancos centrales y, por tanto, a pesar de poder compartir ciertas semejanzas no son activos centralizados. Por tanto, nunca podremos referirnos a ellas como criptomonedas.
Una criptomoneda y una CBDC no son lo mismo. Cumplen un mismo fin, pero en ningún caso tienen el mismo valor ni operan bajo el mismo paraguas.
La mejor manera de entender qué es una CBDC y una criptomoneda está en la manera en la que se adquieren. Una moneda digital, o CBDC, es una representación virtual de dinero fiat.
Por ejemplo, si el dinero que tenemos en nuestra cuenta corriente tuviera una representación gráfica, muy posiblemente fuese en activos digitales que pudiesen ser traspasados en las distintas transacciones, pagos o cobros que realizásemos con ellas.
Las criptomonedas son activos descentralizados y no dependen de ningún banco central o institución, al contrario que las CBDC, que circulan gracias a la emisión de los bancos centrales.
En cambio, una criptomoneda es un activo digital en el que se invierte. No es dinero per se, como sí ocurre con las CBDC, sino que son un producto de inversión a través del cual sí se puede ganar dinero.
Claro que, la volatilidad de estos activos hace que no siempre podamos hablar de valores seguros, y de ahí que prefiramos referirnos a ellas como “activos” o productos de inversión (tal es la consideración que tienen en el sector cripto y financiero).
Muchos han querido ver, no sin motivo, un intento por regularizar las criptomonedas en el lanzamiento de las CBDC. Hay quienes auguran una futura convivencia de ambos activos en cuanto a métodos de pago e intercambios por bienes y servicios, aunque en este sentido criptomonedas como el BTC o el ETH llevan ventaja.
Bancos y empresas de todo el mundo han mostrado interés por las criptomonedas, y las CBDC son un primer paso para habituar a la banca a operar con activos digitales de bajo riesgo.
No obstante, existe un riesgo de que la criptomoneda pueda perder su independencia de los organismos reguladores centralizados, que es, al mismo tiempo, su punto fuerte y su mayor debilidad.
Los analistas vaticinan un futuro en el que ambos activos convivan sin intentar eclipsarse, puesto que no es viable un futuro en el que las criptomonedas dependan de los bancos centrales.
Pero, a su vez, tampoco es viable que las CBDC recuperen los años de ventaja que tienen las criptomonedas en cuanto a uso y expansión, por lo que parece que ambos activos están condenados a entenderse.
Aunque las CBDC cuenten con el respaldo de los bancos centrales, las criptomonedas ya son aceptadas como método de pago, cuentan con marcos regulatorios a efectos fiscales y algunas incluso disponen de sus propios cajeros.
Hasta qué punto las CBDC pueden ser una alternativa de futuro está todavía por ver, sobre todo teniendo en cuenta lo tardío que ha resultado su lanzamiento y la situación actual de la criptomoneda, que parece más fuerte que nunca a pesar de las oscilaciones en su valor.
¿Qué funciones tienen o tendrán estas monedas digitales?
Al igual que el Bitcoin en su momento, las CBDC han sido lanzadas como una alternativa digital al dinero fiat en billete y moneda en formato físico. Es decir, la idea es poder operar con él e intercambiarlo por bienes y servicios.
El problema que algunos expertos ven aquí es que las criptomonedas, a pesar de no disponer de un marco legal plenamente consolidado, ya han avanzado mucho terreno en este sentido y está por ver cuánto pueden avanzar las CBDC en este aspecto.
El respaldo de los bancos centrales aceleraría la consolidación de las CBDC, aunque nadie da nada por sentado en el plano digital de la economía.
Teniendo en cuenta lo cambiante del panorama actual y de que muchos países, incluyendo España y algunos vecinos de la Unión Europea, están intentando trabajar para implementar un marco legal que dote de un sustento legítimo a las criptomonedas, hace que no haya que dar nada por sentado en lo que se refiere a una futurible convivencia entre estos dos activos.
En cuanto a las funciones que pueden tener o tendrán las CBDC, el futuro es algo más claro. De hecho, la idea es que los bancos (y, por ende, sus clientes) puedan operar sin ningún tipo de problema en lo que respecta a las CBDC, ya que se trata de una representación virtual de dinero fiat apta, en principio, para cualquier transacción.
Los bancos han incorporado las CBDC para competir con las criptomonedas y no quedarse rezagadas, ya que también quieren ser partícipes de los avances que las cripto están implementando en la economía digital mundial.
Es de suponer que, al ser emitidas por bancos centrales, las CBDC contarán con menos restricciones tanto en materia fiscal como en cuanto a bienes y servicios.
De hecho, podrían ser utilizadas en las billeteras o wallets que algunos bancos ya poseen, haciendo que todo el proceso sea mucho más ágil para cualquier transacción que se desee llevar a cabo en el plano digital.
Sin embargo, los usuarios están todavía permaneciendo algo escépticos en lo que se refiere a las CBDC. El hecho de que hayan sido lanzadas en el que es, posiblemente, el peor momento, no hace más que sembrar más dudas acerca de su futuro.
Todavía permanece abierto el debate de si las CBDC y las cripto convivirán pacíficamente, o si estarán abocadas a una eterna pugna por la supremacía de la economía digital.
Y es que, a pesar de que las criptomonedas llevan varios años en circulación, no ha sido hasta hace poco cuando han experimentado un notable “boom”, aumentando el interés del ciudadano medio por invertir en estos activos.
Sin embargo, hay quienes han visto el anuncio de la creación de las CBDC como algo oportunista, sobre todo teniendo en cuenta que el anuncio se ha hecho en un momento en el que el criptomercado parecía estar abocado al colapso.
10 monedas digitales emitidas por bancos centrales por las que apostar
Si tuviéramos que hacer un ranking con las que son, a día de hoy, las 10 monedas digitales emergentes emitidas por bancos centrales, sin duda se incluirían las que mencionamos a continuación.
Cabe mencionar que prácticamente ninguna de las CBDCs mencionadas se encuentran en situación de circulación, aunque sí están en una fase avanzada de su desarrollo.
Proyecto Inthanon – LionRock (Tailandia y Hong Kong)
Se trata de un proyecto común que une a los bancos de Tailandia y Hong Kong. Algunos analistas la consideran una de las apuestas más consolidadas de todas cuantas han sido anunciadas (de hecho, hay más de 60 países que han confirmado estar desarrollando una CBDC y ninguna ha hecho público un marco teórico tan completo como el de Inthanon).
Las claves del proyecto pasan por la colaboración económico-financiera, aunque es posible que haya lazos más estrechos entre los entes financieros de ambos países.
Asia es líder en minería gracias a China, el gigante económico que más se dedica a actividades de minado. La unión de criptos y CBDC puede materializarse gracias al papel de Tailandia y Hong Kong en el futuro cercano.
Incluso se ha llegado a especular con una posible unificación de divisas en lo referente a ambos países, aunque no hay nada claro al respecto.
Lo que sí parece es que será una de las apuestas más seguras en lo que se refiere a activos digitales, tomando la delantera en un continente que, a día de hoy, lidera las actividades de minería cripto.
Proyecto Ubin (Singapur)
El proyecto Ubin, al igual que ocurrió con Canadá (lo veremos más tarde), es un proyecto que nació con la idea de explorar el uso de la tecnología blockchain y el DLT para crear una divisa fiduciaria digital para la compensación y liquidación de pagos y valores.
El proyecto lo que pretende es ayudar a todo el tejido empresarial del país, en especial a los participantes económicos, a entender qué efectos puede tener esta tecnología, así como identificar los beneficios que se pueden extraer de la experimentación práctica.
El objetivo final del Proyecto Ubin es desarrollar alternativas más sencillas y eficientes a los sistemas actuales basados en fichas digitales emitidas por el banco central.
Hasta qué punto los entes financieros del país pueden transformar una economía ya profundamente digitalizada está por ver, puesto que el margen de evolución es menor que en algunas economías vecinas.
Según sus representantes, el proyecto ya ha alcanzado la fase 5 y está en la fase final de experimentación. Cinco años han tardado en llegar hasta aquí, por lo que se esperan nuevas noticias pronto que encaminen la integración de esta CBDC en la economía del país.
Interbank Payment cross – border (Reino Unido)
La economía del Reino Unido siempre parece haber jugado en una liga aparte, y por el momento parece que su trayectoria con las CBDC va a seguir por el mismo camino. De hecho, parece que la evolución de la libra esterlina y su adhesión a la economía digital está más cerca que nunca.
El propio Banco de Inglaterra recomendó la creación de una CBDC para mejorar la situación financiera del país tras el Brexit.
Dicha entidad ha tenido en cuenta otros factores, como el desuso de dinero en efectivo o el auge que están viviendo las criptomonedas.
Según el Banco de Inglaterra, las CBDC podrían ser utilizadas tanto por ciudadanos como por empresas y, lo que es más importante, podrían coexistir con el dinero en efectivo y otros depósitos.
La idea es que la nueva CBDC saque del aislamiento económico a un Reino Unido que parece sufrir para captar la atención de inversores internacionales.
Hay que tener en cuenta que, en estos momentos, Reino Unido necesita atraer capital extranjero y aumentar las inversiones de los países vecinos.
No hay que olvidar que la libra esterlina se encontraba integrada dentro del ecosistema de la Unión Europea antes de que se realizase la votación acerca de la permanencia en la Unión Europea, y el proceso de desintegración ha dejado gravemente herida a la libra esterlina, tradicionalmente una de las divisas más fuertes del entorno europeo.
Se ha creado un Foro Tecnológico de la CBDC que estaría formado por empresas tecnológicas, instituciones financieras, academias económicas y empresas del Fintech.
Presumiblemente, el Foro Tecnológico de la CBDC tendrá un papel clave en el desarrollo de este proyecto, puesto que ayudaría al Banco de Inglaterra a entender los desafíos tecnológicos a los que se tendría que enfrentar en relación con el diseño y funcionalidad de la moneda.
Proyecto Stella (Europa)
Se trata de la apuesta del Viejo Continente por adentrarse en la economía digital al margen de las criptomonedas. Aunque no han renunciado a estos activos, las carencias que presentan son demasiado grandes como para abrazarlas sin sopesar los pros y los contras.
El caso de Europa es especial, no solo por hablar de una moneda común, sino porque en el Proyecto Stella está involucrado también el Banco de Japón.
De hecho, también son muy grandes las incertidumbres que, en este sentido, reinan en el criptomercado. Sin quitar ojo a la evolución del sector cripto, lo que sí parece claro es que el futuro inmediato del euro para por las CBDC y el proyecto Stella.
Proyecto Jasper (Canadá)
Aunque a día de hoy se conoce bajo este nombre al proyecto en el que está trabajando Canadá, lo cierto es que se trata de una iniciativa que fue lanzada en marzo de 2016 y que intentaba averiguar el papel que tenían las DLT en la transformación digital de la economía.
Teniendo en cuenta el desarrollo de la economía mundial, no es descabellado pensar que el proyecto tomó un cambio de rumbo repentino en el momento los criptoactivos empezaron a ganar popularidad.
El proyecto está siendo llevado conjuntamente por Payments Canada, el Banco de Canadá y otros participantes independientes.
Y es que el Proyecto Jasper estaría en un estado muy avanzado, a tenor de las informaciones que se desprenden de los principales medios del país.
Está por ver si esta CBDC podría convivir con la versión digital del USD, sobre todo teniendo en cuenta que algunos comercios aceptan pagos con esta divisa, en función de cómo esté el valor del dólar.
Proyecto Hamilton (Estados Unidos)
Bajo este nombre, un claro homenaje a Alexander Hamilton, considerado uno de los padres fundadores de la economía de Estados Unidos, la Reserva Federal ha empezado a trabajar en su propia CBDC, una moneda digital respaldada por el dólar que, según los expertos, se encontraría en un estado muy avanzado de su desarrollo.
No obstante, existen discrepancias entre los distintos estados y algunos no ven con buenos ojos la deriva que está tomando el proyecto.
La propuesta de Minnesota es evitar que la Reserva Federal emita estas CBDC directamente a los consumidores, con el fin de evitar lo que consideran un ‘autoritarismo digital similar al de China’.
De hecho, a principios de año Tom Emmer, representante de Minnesota, anunció que presentaría un proyecto de ley destinado a evitar que la Reserva Federal actúe como un banco minorista en la emisión de un dólar digital mediante CBDCs.
Según Emmer, el Proyecto Hamilton debería traducirse en una CBDC abierta y privada, accesible para todos y que permita realizar transacciones en una cadena de bloques transparente para todos, al tiempo que se mantienen los elementos de privacidad del efectivo.
Digital Euro (Francia)
Bajo este escueto nombre, que aún está por ver si se mantiene dado que el BCE estaría interesado en utilizarlo para su Proyecto Stella, Francia está trabajando en su propia CBDC.
En marzo de 2020 el proyecto fue lanzado y se anunció que varios actores estaban implicados en esta función, incluyendo firmas de inversión privadas, entre las que destacaba HSBC.
Se realizaron pruebas con éxito emitiendo un bono digital en una blockchain y es de esperar que en los próximos meses se anuncien los pasos a seguir.
La última prueba realizada se basó en la comunicación entre distintos entornos de interoperabilidad, desarrollados específicamente para este proyecto. Permitieron la transferencia de los datos relativos al bono digital mediante las cadenas para hacer que, de forma automática, se ejecutase la liquidación y la contabilidad de los valores, el efectivo y los flujos de divisas.
Proyecto Khokha (Sudáfrica)
La rara avis que es Sudáfrica se deja notar también en el plano económico, puesto que es uno de los territorios que más fuertemente ha apostado por su propia CBDC.
El hecho de que sea el único país de África que, hoy por hoy, está desarrollando a este nivel su propia divisa, hace que sea actualmente el líder de la economía de todo el continente, sobre todo teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra la economía de otros países.
Sudáfrica anunció su implicación en el desarrollo de su propia CBDC y en otoño de 2021 confirmó que el “Proyecto Khokha” había superado las pruebas de estrés iniciales.
Teniendo en cuenta que Sudáfrica es un país con importantes recursos naturales y su bolsa de valores se sitúa entre las primeras del mundo, no es de extrañar que sea también uno de los líderes en el terreno de las monedas digitales.
Proyecto Aber (Emiratos Árabes Unidos)
Es un proyecto llevado a cabo conjuntamente por el SAMA (Saudi Central Bank) y el CBUAE (Central Bank of the UAE). El anuncio se realizó a finales de 2020 y la novedad es que haría uso de la tecnología blockchain, pero de una manera un tanto distinta a las criptomonedas.
La base del proyecto sería la tecnología DLT (contabilidad distribuida), que permitiría a esta CBDC ser la primera divisa digital transfronteriza.
El proyecto fue anunciado como un éxito tras las primeras pruebas realizadas, y el informe destacó que se llegaron a cumplir todos los objetivos del proyecto, incluyendo todo lo relacionado con la privacidad y la descentralización.
Proyecto Stella (Japón)
Sí, se trata del mismo Proyecto Stella en el que está trabajando el Banco Central Europeo. Tanto el Banco de Japón como el BCE han publicado varios informes para dar a conocer las bases del proyecto, aunque está por ver cómo evoluciona, cómo funciona el euro en el plano CBDC (existen conflictos con el proyecto francés, que habla de “euro digital” explícitamente).
Es posible que el Banco de Japón busque conceptos comunes con el Euro para replicar ciertos patrones en sus políticas monetarias.
Todavía está por ver cómo se desarrolla este proyecto y qué sostén común hace que funcionen dos divisas tan diferentes, ya que ambas se enmarcan en contextos distintos y pertenecen a territorios que se rigen por reglas monetarias diferentes.